viernes, 17 de julio de 2009

MIENTE, MIENTE, QUE ALGUIEN TE CREERA

NO CONFUNDAMOS VERBORRAGIA CON ORATORIA

En los últimos años asistimos a una gradual y sistemática deformación de los hechos que se suscitan en la vida política y pública de nuestro país, al punto tal que la confusión es cada vez mas grande para los ciudadanos que lo habitamos e inclusive para algunos políticos que deambulan de partido en partido como buscando encontrar la solución que su intelecto no alcanza a ofrecerles. Entiendo que no pasa desapercibido al ciudadano común, como el virus de la incredulidad va en aumento logarítmico.
Hechos como la intolerante y soberbia actitud que lleva nuestro gobierno desde hace un año con los productores agrícolo-ganaderos. La forma autista de entender la extraordinaria inseguridad que vivimos, que va permanentemente en aumento y actua con absuluta impunidad, queriéndonos hacer creer que solamente es cuestión de sensaciones. La falta de Justicia. La insistente mentira de los datos del INDEC. La pérdida
de la excelencia educativa. El gobierno en las sombras, que ya hasta un chico se da cuenta. Ministros versátiles y funcionales porque sino, pierden sus rentables puestos. Y ni hablar de los desaciertos en planificar un frente común para luchar contra la pandémia que nos está asolando, segundos en el mundo en mortalidad, que tomando el índice poblacional promedio vamos primeros lejos; tapándolos con la verborragia y los números contradictorios del nuevo ministro de Salud Pública de la Nación (un clavo saca a otro clavo). El bastardeo permanente a los medios de comunicación que no pueden ya ni dar el estado del tiempo porque no vaya a ser que los gobernantes de turno se enojen. Con una presidente que da clases en todas las cátedras, y hasta a los periodistas en público; y he aquí la sutil diferencia que existe en crear confusión; porque hoy es habitual invertir los significados de las palabras oratoria y verborragia para confundir al público; y esto es muy fácil de detectar en los políticos que nos gobiernan y que utilizan su verborragia para no decir nada e insultar permanentemente nuestra inteligencia; esto lo digo porque he escuchado a más de uno alabar la oratoria de quien hoy ocupa circunstancialmente el Sillón de Rivadavia.


Y ahora viene la pregunta del millón, podremos sobrevivir así, solamente me queda una expresión ¡¡¡¡ que verdaderamente DIOS NOS AYUDE !!!!


Por favor cuídense que por ahora nadie piensa en nosotros como dicen!!!!.



ESKYLO




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